TRIANGULO DE LA SEGURIDAD

Sabes cuál es el  triángulo de la seguridad de nuestro vehículo? Asegurarnos que los AMORTIGUADORES, NEUMATICOS y FRENOS estén en condiciones. Hablamos un poco sobre cambio de neumáticos pero ha llegado la hora de saber si los frenos de tu vehículo funcionan bien. Aunque aquí intentamos enseñar cuáles son los problemas más comunes en los frenos y cómo renocerlos, ante cualquier problema que detectes, acude a tu mecánico. No te arriesgues.

Pedal de freno con más recorrido: Es posible que el líquido de frenos esté bajo o en mal estado (o que exista algún derrame). También puede que las pastillas de freno estén muy gastadas (lo mejor es sustituirlas).

Pedal de freno con menos recorrido: Las piezas que provocan la extensión o la retracción de las partes móviles pueden estar defectuosas. Si el pedal no vuelve de forma normal a su posición inicial, lleva el coche al taller (aunque en realidad, siempre que hablamos de frenos es recomendable llevar el coche a un lugar especializado).

Pedal esponjoso: Las mangueras de freno pueden estar deformadas, así que la presión del fluido expande la manguera, amortiguando la presión que debe llegar a los pistones. También podría deberse a la presencia de aire en el sistema hidráulico, o a que el líquido de frenos sea deficiente o esté mezclado con agua. O incluso que el pistón de la pinza o la propia pinza esté bloqueada. Lo mejor en este caso es una revisión general del sistema de frenos.

Pedal demasiado duro: Si tu pedal de freno ofrece mucha resistencia, puede que las pastillas estén sucias o manchadas, que haya un problema en el pistón de la pinza, problemas con el líquido de frenos, que las pastillas estén cristalizadas. También que los discos de freno estén dañados, o que haya fallado el servofreno, y por eso cuesta más activar el pedal.

Una rueda (al menos) se bloquea: Alguna parte del sistema no trabaja correctamente, o está agarrotada, obstruida o hinchada. También puede deberse a una pastilla de freno defectuosa o a que el cable del freno de mano esté enganchado, con lo cual estaría funcionando aún al quitar el freno de estacionamiento.

El pedal de freno vibra: Sin confundir las vibraciones con las que se notan cuando el ABS entra en acción, puede que tengamos los discos deformados o los rodamientos de la rueda gastados. También es posible que debas cambiar pastillas y discos de freno…. o que las ruedas estén mal equilibradas.

Frena poco en caliente: Es posible que las pastillas sean de mala calidad o que hacen mal contacto, o que los discos sean muy delgados. Si ocurre sólo cuando vas rápido y frenas muy a fondo, relax: eso es el fadding, el exceso de trabajo que sometes al sistema de frenado y pierde eficacia con la temperatura (usa más el freno motor o vete algo más tranquila. Espera a que se enfríen los frenos para continuar).

El coche oscila hacia un lado: Puede que las pastillas de un lado estén sucias, haberse cristalizado o impregnadas de grasa o líquido de frenos. Pero puede que no sea de los frenos directamente, sino que los neumáticos no tengan la presión correcta o incluso rótulas o amortiguadores en mal estado.

Sientes un sonido al frenar: Puede ser desde suciedad en las pastillas, que estén muy desgastadas o sean de baja calidad. También que rocen las pastillas contra el caliper (elemento que guarda las pastillas y pistones de freno) o que falte alguna pieza. O que los discos estén en mal estado.

Revisa los frenos por lo menos una vez al año.  Si notas cualquier pérdida de efectividad, acude al taller. Tu seguridad depende de ello.

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